Érase una vez un ratón que vivía cómodamente en un granja con otros animales. Un dia, curioseando un paquete que había recibido el granjero, descubrió una ratonera y tuvo mucho miedo: ¡querían cazarlo!, ¡adiós a la buena vida! Enseguida, salió gritando al patio de la granja: "¡Hay una ratonera en la casa!, ¡ hay una ratonera en la casa!".
Pero nadie le hizo caso. La gallina pasó junto a él y le dijo cacareando: "Una ratonera es para los ratones, ¿no? Entonces, a mí no me importa nada". El ratón pidió ayuda al cordero, pero este dijo: "Lo siento ratón, rezaré para que no te pase nada". Después, el ratón se dirigió a la vaca y esta le dijo: "¡Y a mí qué...! Yo soy grande y fuerte y esas cosas pequeñas no me importan".
Desanimado, el ratón regreso a su agujero, y aquella misma noche escuchó el ruido que hacía la ratonera al cerrarse. Sin embargo, no había atrapado un ratón sino una serpiente. La granjera se acercó a a ver lo que había y la serpiente la mordió. La mujer cayó enferma con fiebre, y su marido, pensando que le sentaría bien tomar algo caliente, preparó un caldo con la gallina. Como la mujer no mejoraba, fueron a visitarla todos sus familiares y el granjero preparó el cordero para darles de cenar.
Finalmente, la granjera se recuperó y su marido preparó una gran fiesta. Pero, para pagar los gastos, tuvo que vender la vaca.
Moraleja:
"Hay que ayudar a los que tienen un problema aunque no nos afecte directamente"
IRENE - CLAUDIA - ANA - CARLA - LUCÍA L.
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